jueves, 18 de julio de 2013

Miasis en animales de compañía

           En primavera y verano, es muy normal ver cómo las "pesadas" de las moscas no dejan de incordiarnos, con su revoloteo alrededor de la cabeza, posándose en cualquier parte del cuerpo, se posan en nuestra comida, no nos dejan dormir ni la siesta... Son una lata. Y a nuestras mascotas les ocurre poco más o menos igual, aunque a ellas no es que les importe demasiado, la verdad sea dicha.

           Pero precisamente porque no les importa tanto, y porque no son conscientes de los riesgos, esta época del año es la más propicia para que aparezca una patología provocada sólo por determinados géneros de moscas: LA MIASIS.

            Entendemos por miasis aquella patología o proceso parasitario por el cual una mosca deposita huevos en una herida o mucosa (conjuntiva del ojo, ano, vulva, prepucio...) para que puedan eclosionar y alimentar a la larva, que más tarde dará lugar a la pupa y el adulto. 

            Por regla general, suelen ser los géneros Cuterebra spp., Calliphora spp., y Sarcophaga spp., los responsables de este proceso. Estas moscas, las hembras, suelen depositar los huevos en cadáveres en descomposición, pero si no escuentran ninguno en las inmediaciones, no hacen ascos a dejar su progenie en una herida abierta, con tejido sano y limpio, o incluso en mucosas naturales.

             El aspecto exterior es bastante característicos, a la vez que desagradable: una úlcera muy profunda, redonda, que contiene en su interior numerosas larvas de la mosca, que no dejan de alimentarse del tejido que les rodea. Suele haber un olor muy desagradable, y aunque no lo parezca, son muy raras las infecciones en los tejidos afectados por la miasis. Ahí va una foto, para deleite de los "morbosos":

             
             

                Este caso fue el de una hembra de Spagneul Bretón con una miasis a la derecha del ano. El dueño no se dió cuenta de lo que tenía hasta que la subimos a la mesa de exploración. La parte visible de los gusanos es su parte caudal (su "culete", vaya), y la cabeza esta sumergida en el tejido, sin parar de alimentarse. Los puntos que se ven, por tanto, no son los ojos, sino los orificios por los que respira. SU cuerpo está completamente cubierto de espículas invisibles y minúsculas, orientadas hacia la parte trasera. Esto permite mayor sujeción a la carne, y una gran resistencia cuando quieres tirar de ellos para sacarlos.

                El tratamiento es sencillo: extracción manual de las larvas, aplicación de larvicidas, inyectado o en spray sobre la herida, para asegurarnos que no queda ninguna, realizar una buena limpieza y cura de la herida, mantener curas diarias y antibióticos para evitar infecciones secundarias (ya que es muy raro que el tejido se infecte).

                 Una vez se eliminan las larvas, el pronóstico es favorable, curando y cerrando completamente la herida en cuestión de una semana, aproximadamente.


4 comentarios:

  1. En España los hay?escuché q solo los habia en Latinoamérica. Vivo en Asturias y jamás habia oído hablar de algo adi.

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    1. Sí, por supuesto. La familia Calliphoridae a la que pertenecen las moscas que provocan este proceso, son de distribución prácticamente mundial. Aquí, en España, las puedes reconocer porque son las típicas "moscas verdes" que siempre revolotean sobre cadáveres, excrementos o alimentos en putrefacción. Tienen mayor actividad en meses de calor, primavera y verano.

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